Entre junio de 1980 y octubre de 1984, se llevó a cabo la primera parte de la restauración de los frescos de la Capilla Sixtina, que consistió en trabajar en los lunetos pintados por Miguel Ángel. Después el trabajo se centró en la bóveda, que comenzó en noviembre de 1984 y fue completado en diciembre de 1989, y para finalizar se trabajó en El Juicio Final. La restauración finalizada, se presentó al público el 8 de abril de 1994, cuando Juan Pablo II la inauguró.



